Existe la creencia de que la creatividad sólo es propia de unos cuantos; que es exclusiva de artistas o de líderes de empresas innovadoras. Pero la realidad es totalmente distinta.
En mayor o menor medida, todos tenemos el potencial para generar ideas que superen lo convencional. Como cualquier otra habilidad, el pensamiento creativo se desarrolla con la práctica.
Cinco verdades sobre la Creatividad
Está enfocada a resultados
Así es, la creatividad no sólo es la capacidad de dar origen a ideas novedosas, artísticas o cool. También significa idear nuevas formas de hacer las cosas, de obtener resultados o lograr un objetivo a través de un método diferente. Se trata de resolver un reto.
Razón vs. Emoción
Como ya dijimos, al generar ideas buscamos un objetivo en particular. En todo proceso de creación se debe considerar tanto el factor racional como el factor emotivo del ser humano. Supongamos que el objetivo es posicionar un producto o una marca nueva: ¿Cómo lo harías?, ¿explicarías los beneficios y el funcionamiento del producto? o, ¿explotarías la inquietud que despierta el conocer nuevas experiencias? No existe una respuesta correcta, se trata de conocer a tu audiencia y resaltar el factor que sea más conveniente.
La interpretación es clave
Es fácil desarrollar un concepto divertido y original. Sin embargo, nuestros receptores sólo podrán interpretarlo si se relaciona con lo que conocen, con sus experiencias o sus hábitos. De esta forma lograremos inspirar en ellos la reacción deseada. No lo olvides: Conoce a tu audiencia.
*Imágenes propiedad de sus respectivas marcas.
Pensamiento convergente y pensamiento divergente
Aquí el porqué decimos que todos tenemos capacidad creativa. Se trata de dos tipos de pensamiento, asociados a cada uno de los hemisferios del cerebro. El pensamiento convergente es lógico y lineal, es el que usarías para resolver una operación matemática, por ejemplo. Mientras tanto, el pensamiento divergente va hacia caminos diferentes, busca varias alternativas para resolver un mismo objetivo. La famosa frase “pensar fuera de la caja” es el claro ejemplo de lo divergente.
Ningún tipo de pensamiento es mejor o peor que el otro, se complementan y se aplican en diferentes situaciones, por ello es conveniente desarrollar ambos al máximo.
Y por último, la gran verdad
La creatividad no parte de la nada. Es como la materia: no se crea, solo se transforma. No existe una idea grandiosa que no haya partido de ideas previas o conceptos similares. Así que antes de morir en el intento por hallar el hilo negro, toma un tiempo para buscar referencias y antecedentes. Hecho esto, pasará muy poco tiempo antes de que llegue tu gran momento de iluminación y descubras tu idea ganadora.
Tips para impulsar tu creatividad
Ok, ya sabemos que todos tenemos la habilidad de crear. Ahora, ¿por dónde se empieza?
Sigue estos consejos para comenzar a trabajar en tu pensamiento divergente y liberar el Don Draper que llevas dentro.
- Siempre lleva contigo una libreta, anota todas tus ideas y mantenlas organizadas dentro de lo posible. Incluso, puedes crear tu propia lluvia de ideas escribiendo palabras al azar.
- Aléjate de la computadora, el teléfono o cualquier otro distractor. Date pequeñas pausas para pensar con tranquilidad. Aprovecha tiempos como el trayecto o la ducha para desconectarte y liberar la imaginación.
- Nunca juzgues o descartes tus propias ideas, sin importar lo absurdas que parezcan. Date la oportunidad de equivocarte y aprender. Entre más ideas generes, tendrás mayor posibilidad de dar con aquella que te llevará al éxito.
- Comparte tus ideas, mantente abierto a la retroalimentación y rodéate de gente creativa que pueda inspirarte.
- Experimenta nuevas cosas: Lugares, música, libros, películas, de todo. Sal de la rutina y expande tus horizontes. Arriésgate.
En resumen…
El pensamiento creativo es más que una cualidad, es una herramienta que nos ofrece nuevos caminos para llegar a nuestro destino. Pero no es espontáneo ni se genera automáticamente, así que practica mucho, sé paciente y, sobre todo, ¡diviértete!