Si has trabajado con proyectos web seguramente te ha pasado que quieres visualizar algún cambio reciente que hiciste en tu sitio y cuando lo buscas nada más no lo encuentras.
Si tú hiciste el cambio, seguro te das de topes contra la pared porque piensas que no lo guardaste o se perdió.
Si por otro lado tienes una agencia o un webmaster, haces la habitual llamada de consulta y obtienes siempre la misma respuesta
“Seguro es caché, refresca tu navegador y vuelve a revisar”
Y lo haces. Entonces, ¡magia! ¡ahí están tus cambios!.
Tal vez pienses, “éstos de la agencia seguro hicieron los cambios cuando les llamé”, pero déjame decirte que no es así, el caché en realidad existe y está presente, para bien o para mal, en todos los dispositivos con los que navegamos la web.
Pero en realidad, ¿qué cosa es el caché?
El caché es un tipo de memoria temporal que tiene como función principal almacenar instrucciones y datos a los que un procesador accede con frecuencia.
La finalidad de ésta memoria es que éstos datos de acceso frecuente se muestren de manera más rápida cada vez que un usuario los consulta, esto favorece la experiencia del usuario.
Piensa en la página que más te guste, a la que entras con mayor frecuencia. Lo que hace tu navegador es que la primera vez que entras a esa página guarda todos los datos relevantes, imágenes, textos, archivos, etc. para que cuando vuelvas a entrar no tenga que traer de nuevo todos los datos sino que te muestra lo que ya ha guardado, las veces siguientes a tu primer visita, ese sitio cargará mucho más rápido.
En resumen, el caché es una memoria temporal de datos de acceso rápido.
Pero si es tan buena para mejorar la experiencia del usuario, ¿por qué da tantos dolores de cabeza a muchos?
El principal problema relacionado con la memoria caché es no visualizar contenidos actualizados y seguir viendo los anteriores. Esto causa confusiones al momento de validar cambios que se han realizado en el transcurso de un día, principalmente a desarrolladores o personas que gestionan o validan contenidos de sitios o aplicaciones web.
La mejor forma de evitar estos problemas es configurando el navegador desde el que se realizan las revisiones para que no guarde caché, o bien, cada vez que se vaya a realizar la revisión de un sitio visitado con frecuencia, se recomienda borrar antes el caché del navegador con las famosas teclas ctrl + r en PC o cmd + shift + r en Mac. Aunque también puedes hacerlo desde la configuración del navegador, aquí te dejo un post donde indicamos paso a paso cómo hacerlo en diferentes navegadores.
https://www.masclicks.com.mx/blog/es/tecnologia/elimina-el-cache-de-tu-navegador-zlbn
Otra opción para evitar este problema, especialmente en móviles, es navegar en modo privado. Actualmente los navegadores ya permiten navegar sitios en modo privado o incógnito, la ventaja de este modo es que no guarda caché lo que facilita las revisiones que debas realizar.
Aunque si quieres ser más preciso, para aplicaciones móviles deberás ir a la configuración de tu dispositivo, administrar aplicaciones y en cada una borrar el caché.
Espero esta información te sea de ayuda, estoy segura de que después de leer esto la combinación de teclas que usarás con más frecuencia será la que borra el caché, o bien, remedio contra la molestia, configurarás tu navegador para que no lo guarde.